Con gran alegría y profunda gratitud, la comunidad celebró el pasado jueves 30 de octubre los 150 años de vida institucional y la inestimable labor de las Hermanas de la Caridad Cristiana. La jornada central de la conmemoración fue la solemne Eucaristía de Acción de Gracias, presidida por Monseñor Fernando Ramos, Arzobispo de Puerto Montt. Esta significativa ceremonia contó con la destacada presencia de Sor Mª Angelina Rivarola, Superiora Provincial de Sudamérica, y del Sr. Faustino Villagra Santana, Director del DAEM, junto a una importante representación de la congregación: Hna. María Ingrid, Hna. María Luisa, Hna. Miryam, Hna. María Cristina, Hna. María Fátima y Hna. María Asunción.
Antes de la bendición final del Arzobispo, Sor Mª Angelina se dirigió a los presentes, ofreciendo un sentido discurso, que abarcó un poco de nuestra historia y la guía de la iglesia y la Santísima Virgen María para la congregación en la continuidad de la espiritualidad de Madre Paulina:
“…El escenario es diferente, pero las Hermanas somos testigos, del amor y dedicación con que docentes, personal administrativo, auxiliares y encargados de mantenimiento, trabajan día a día para cuidar lo que Dios nos ha confiado, la presencia de ustedes es un don en la comunidad educativa, cada uno con su riqueza humana y espiritual, contribuye a crear una comunidad evangelizadora, donde damos y recibimos el amor de Dios. El apoyo que los padres, primeros educadores de sus hijos, nos manifiestan es la mejor respuesta que podemos recibir, somos privilegiados: educamos, sí, somos privilegiados.”
La misa rindió homenaje a un siglo y medio de entrega, educación y servicio ininterrumpido a la comunidad de Puerto Montt, y fue un emotivo encuentro que reunió a distintas generaciones, contando con la valiosa presencia de exalumnas, exprofesoras y exfuncionarios que han pasado por nuestro colegio, compartiendo este momento de fe y recuerdo del legado caritativo. Posteriormente, y siguiendo el espíritu de la frase “después de la misa, a la mesa”, la celebración culminó con un almuerzo de camaradería que reunió a algunas Hermanas de la Congregación con los invitados especiales para compartir, recordar y profundizar los lazos de la comunidad educativo-pastoral.
