La Vigilia Pascual es la fiesta de nuestra fe más hermosa y más excelsa de todas. En ella celebramos el triunfo de Jesús sobre la muerte y, en él, nuestras propias pascuas, nuestras propias victorias.
Es una Eucaristía llena de signos que este año se vivirán con bastante más sencillez, debido a los acontecimientos y emergencias de salud. ¡Pero eso no nos puede quitar la alegría de la Resurrección!
Para unirnos a esta celebración, bastará con preparar un altar adornado con muchas flores, imágenes y fotografías de la familia, por supuesto la Palabra de Dios y uno o dos cirios grandes. Les invitamos a seguir la Vigilia Pascual con los cirios encendidos y en el momento de la paz darse un gran abrazo unos a otros.
En el momento del Padre Nuestro, rezarlo tomados de las manos. Y al final de la Misa, tener preparado un compartir con “cositas ricas” para comer y beber, para compartir la alegría del Resucitado.
A la Cruz que pusieron en la puerta de la calle o en la ventana el día Lunes Santo, le agregan una cinta blanca en señal de Resurrección.