"A los de casa debo el amor más íntimo"
El sábado 23 de agosto quedará guardado en la memoria de nuestro colegio como un día lleno de emoción y reencuentros. En el marco de la celebración de los 150 años de vida del Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Montt, ex alumnas de distintas generaciones volvieron a caminar por los pasillos que las vieron crecer y formarse como estudiantes. La jornada comenzó con la celebración de la Santa Eucaristía, donde nuestra Directora Hna. Rebeca Yáñez Retamal dio la bienvenida a las presentes recordando el sacrificio y la constancia de las primeras Hermanas de la Caridad Cristiana en Chile, quienes enviadas por Beata Paulina von Mallinckrodt, guiadas por su visión y la providencia de Dios Padre, impulsaron un colegio dedicado a la formación de niñas, marcando con ello un legado que hasta hoy permanece vivo.
Tras la misa, la amistad se hizo presente en un compartir sencillo y profundo en el casino, con una torta que acompañó las sonrisas, las conversaciones y la nostalgia de los recuerdos estudiantiles. Luego, un solemne acto invitó a revivir la historia del colegio a través de un video conmemorativo. La voz de la nueva generación se hizo presente en la declamación del poema “Luz de amor y misión” por el estudiante de 3° básico Renato Navarro Santana; el arte y la belleza se sumaron con la interpretación de dos canciones por parte del tenor lírico David Cárcamo, y el alma de Chile vibró con la cueca presentada por nuestros estudiantes: Pedro Maldonado (Presidente del CEAL); Bárbara Hernández (IV°A) y Florencia Salas (II°B).
El encuentro prosiguió con una fotografía grupal que inmortalizó la alegría del reencuentro y, posteriormente, las ex alumnas recorrieron su querido colegio, visitando las salas y pasillos que poseen tantas memorias, volviendo por un instante a esos años que marcaron sus vidas con aprendizajes, amistades y experiencias imborrables. Finalmente, dejaron escritos sus parabienes en el “Árbol de los Buenos Deseos”, instalado en el patio de entrada, signo vivo de que el cariño y la misión de nuestra comunidad siguen floreciendo con fuerza. Más que una celebración, fue un viaje al pasado y una reafirmación del presente: la certeza de que 150 años después, la historia de nuestro colegio continúa escribiéndose con amor, fe, gratitud y alegría.